En Honduras, la violencia basada en género, y específicamente la violencia doméstica e intrafamiliar se ha incrementado de forma significativa en los últimos años. Según datos oficiales, en 2021 el sistema de llamadas emergencia 911 superó las 100 mil llamadas por violencia doméstica y maltrato familiar. En ese mismo año se contabilizaron 3,730 denuncias por delitos sexuales y el 54% de las víctimas fueron menores de 18 años: 86 de cada 100 víctimas son mujeres.* En un escenario en donde una mujer es asesinada cada 22 horas, CARE junto a la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) y el apoyo financiero de USAID-BHA, brindan una respuesta inmediata de protección a través del proyecto Mujeres Tejiendo Vidas Libres de Violencia, una iniciativa que permite a las sobrevivientes de violencia retomar sus proyectos de vida desde la sanación y el empoderamiento económico.
Daniela**(43 años), una madre soltera de tres niños de sonrisa tímida y profundos ojos negros, comienza a narrar su historia con la mirada clavada en el suelo: “Fueron muchos años de relaciones violentas. En todo sentido: violencia psicológica, violencia física y también económica”.
“Mi última pareja, es un hombre alcohólico, maltratador y sin responsabilidad para cubrir las necesidades del hogar”, continúa Daniela, sin levantar la mirada.” Cada fin de semana llegaba a casa borracho, insultándome, gritándome que 'yo no servía para nada' y que 'sin él yo me moriría de hambre”. Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar cómo cada vez, los gritos terminaban con empujones y golpes. “Lo que más me dolía, es que todas esto lo hacía enfrente de mis hijos, a él no le importara que ellos vieran todo eso”, expresa.
A lo largo de su relato, Daniela habla acerca de sus emociones encontradas, de largos periodos de tristeza, de la enorme frustración debido a la situación que estaba viviendo. Explica la terrible sensación de no sentirse valorada, de pensar que no le importaba a nadie. “Pero también pensaba en cuanto deseaba salir de ese lugar: por el bienestar de mis hijos y el mío. Hacía tanto tiempo que había perdido la esperanza de que mi pareja reflexionara, él no iba a cambiar”, expresa.
La vida de Daniela dio un giro inesperado cuando asistió por primera vez a la atención psicológica para mujeres sobrevivientes de violencia basada en género, una iniciativa impulsada por el proyecto “Mujeres Tejiendo Vidas Libres de Violencia”. Todo empezó cuando una vecina y lideresa de la comunidad entrenada por el proyecto, identificó de inmediato la situación de Daniela y la animó a buscar apoyo. Llegó con muchas emociones reprimidas, conteniendo las lágrimas y mucho enojo por la situación que estaba viviendo, Daniela tenía poca estima por sí misma.
“Desde la primera cita, supimos que Daniela requería protección inmediata" -comenta Reina Méndez, gestora de casos, “el tiempo era un factor clave, así que en ese mismo momento inició el proceso para buscar soluciones seguras para ella y sus hijos”. El primer paso, fue comenzar una serie de terapias y actividades para mejorar el autoestima y autoconcepto de Daniela; así como para fortalecer sus habilidades para identificar y gestionar sus emociones en situaciones de vulnerabilidad.
Poco después, Daniela también recibió una Transferencia Monetaria en Efectivo para cubrir sus necesidades inmediatas como movilizarse a un lugar seguro y rentar un pequeño apartamento para mudarse junto a sus hijos. Daniela inició el proceso de separación de su pareja. Sin embargo, a medida que el proceso de separación avanzaba, el acoso por parte de su pareja se incrementó: “él me amenazaba diciéndome que yo nunca podría dejarlo”, narra Daniela. Sin embargo, la esperanza prevaleció.
Daniela no dio un paso atrás y tras pocos días, se trasladó a su nuevo apartamento, junto a sus niños. Al fin lejos de los maltratos de su esposo y rompiendo el ciclo de violencia, recuerda ese día claramente: “¡Claro que lloré!, sonríe, mientras eleva la mirada, “pero esta vez fue de felicidad. Fue por saber que estaba iniciando una nueva etapa en mi vida, por tener la seguridad de que no estoy sola, de que hay personas aquí que me apoyan y que me motivan para salir adelante junto a mis hijos. Lloro, pero esta vez es porque al fin comprendí que hoy, al fin, soy libre”.
*Datos de la Secretaría de Seguridad de Honduras
** Se ha cambiado el nombre de la persona por razones de protección.
SINDICATO DE TRABAJADORAS DEL HOGAR PRESENTA OBSERVATORIO DEL TRABAJO REMUNERADO DEL HOGAR Y CUIDADOS EN HONDURAS
El Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores Remuneradas del Hogar