Durante la emergencia sanitaria por COVID-19, ACS-PROSASUR promueve iniciativas de negocios en el Corredor Seco de Honduras (CSH) El Proyecto ACS-PROSASUR avanza en la formulación de Planes de Negocios para 91 familias productoras y emprendedoras en riesgo de inseguridad alimentaria ubicadas en 11 Comunidades de los departamentos de Choluteca, El Paraíso y el Sur de Francisco Morazán, sumando un total de 651 familias beneficiadas en los últimos 12 meses. Las iniciativas de negocio incluyen la producción, distribución y comercialización de alimentos y productos de consumo, producción avícola, tiendas de insumos agropecuarios y comercialización de granos básicos, producción de forraje para alimentación bovina, transformación y comercialización de productos derivados de la caña de azúcar, tiendas de consumo, zapatería y sastrería. ACS-PROSASUR proporciona a las familias asistencia técnica y financiero en inversiones (maquinaria, equipo e infraestructura), insumos, sistemas de riego por goteo, la vinculación y permanencia en mercados con alta rentabilidad, inclusión de género y sostenibilidad ambiental. Los esfuerzos de la Alianza para el Corredor Seco se concentran en ayudar a las familias en situación de pobreza particularmente afectadas por las sequías recurrentes, fortaleciendo sus economías, incrementando la disponibilidad de alimentos para que puedan solucionar los problemas alimentarios y nutricionales que pueden agravarse en la actual crisis sanitaria por Coronavirus (COVID-19). ¡Creciendo juntos! ¿Cómo afecta el Coronavirus/a las familias del CSH? Las restricciones de movilidad para evitar el contagio de COVID-19 afecta particularmente las economías de las familias con ingresos diarios. En el CSH, las familias en condiciones de pobreza son particularmente vulnerables. ACS-PROSASUR trabaja para fortalecer sus medios de vida, promoviendo cambios que garanticen la seguridad alimentaria y nutricional a largo plazo. ¡Empoderamiento! En el CSH las familias participantes del Proyecto ACS-PROSASUR mejoran sus ingresos y su ingesta nutricional, gracias a la inclusión de las jefas de familia en los Planes de Negocios Agrícolas y No Agrícolas. La participación de las mujeres en la economía rural es fundamental para lograr justicia de género y superar la pobreza.