En el norte de Honduras, se implementa el proyecto “Mujeres Tejiendo Vidas Libres de Violencia”, una iniciativa que busca garantizar la protección y la autonomía económica de mujeres y niñas vulnerables y/o que han sufrido violencia de género en zonas marginadas del país. CARE, de la mano de socios y autoridades locales, identifica y provee atención psicológica a estas mujeres, al tiempo que fortalece sus capacidades, brinda asistencia y protección para que retomen sus proyectos de vida.
Cuando Consuelo Velasquez Flores (50) aparece en el umbral de la puerta, su presencia inunda el ambiente con una energía y alegría que se hace cada vez más evidente mientras avanza por la estancia con paso decidido, los hombros erguidos, saludando muy sonriente a sus compañeras.
Al igual que ella, ese 8 de marzo otras 30 mujeres de la zona norte de Honduras celebran la culminación del proceso de formación en emprendimiento, que incluyó los talleres “Inicie Su negocio” (ISUN) y “Mejore Su Negocio” (MESUN), acreditados por el Instituto de Formación Profesional de Honduras (INFOP) e impartido en el Módulo de Autonomía Económica (MAE) de Ciudad Mujer*.
“Nunca pensé que llegaría hasta aquí”, comenta Consuelo mientras suspira y mira por la ventana. En su rostro desaparece la amplia sonrisa mientras continúa rememorando, “si hace tres meses me hubieran dicho que estaría aquí, sintiéndome así, jamás lo hubiera creído. ¡Si yo solo quería morirme!”.
Y es que los últimos dos años en la costa norte de Honduras con el paso de las tormentas Eta e Iota provocaron desolación y perdida, en esta región, en el sector de Lomas del Carmen, en San Pedro Sula, la casa de Consuelo sufrió daños severos y además arrasaron el pequeño negocio de reparación de aparatos electrónicos que su esposo dirigía. En 2020Consuelo entró en una una depresión severa de la que creyó no saldría.
“En 2021, Mientras intentábamos reconstruir nuestro patrimonio, la COVID-19 llegó a mi pequeña familia. Mi esposo y mi hijo de 18 años se contagiaron. Mi hijo lo superó, pero mi esposo no lo logró”, continúa narrando Consuelo mientras cierra los ojos. “Es entonces cuando mi hijo decide comenzar a trabajar fuera de la ciudad para poder sustentarnos a ambos”.
La soledad, su casa en ruinas, el luto y la enorme deuda contraída para sufragar los gastos de la larga enfermedad y funeral de su esposo que drenó los pocos recursos familiares, provocaron que Consuelo comenzara a sentirse abatida. Y todo empeoró cuando seis meses después, a mediados de 2022, un infarto -asociado a secuelas de la COVID-19- por poco le arrebata la vida a su joven hijo también.
“Entonces sentí que los vestigios de mi casa me tragaban. Estaba sola. Yo sentí que me iba volver loca”, expresa. “Ahí fue cuando una vecina que viniera al Centro de Alcance, me dijo que buscara ayuda. Yo vine sin esperanzas. Mi sorpresa fue que desde ese primer día con la psicóloga todo comenzó a cambiar. ¡Por completo!”.
La sonrisa de Consuelo regresa a su rostro. Y es que paralelo a la atención psicológica brindada por un equipo profesional impulsado por el proyecto “Mujeres Tejiendo Vidas Libres de Violencia” implementado por CARE junto a la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) y financiado por USAID BHA; ella y otras 360 mujeres sobrevivientes de VBG reciben atención psicológica, asesoría legal, servicios de protección además de formación en diversas carreras técnicas y habilidades empresariales.
Al finalizar las capacitaciones, ellas reciben un pequeño capital semilla para sus emprendimientos que contribuye a materializar sus sueños y nuevos proyectos.
El ambiente en el salón es alegre, en los rostros de las mujeres se revelan emociones potentes: el empoderamiento, el entusiasmo y, sobre todo, la esperanza de iniciar un nuevo camino. “Siento que el mundo ha cambiado. Con lo que nos han brindado aquí, voy a montar de nuevo el negocio de reparación de electrónicos” expresa decidida Consuelo. “Este curso me ha dado las claves para comenzar de nuevo y aun mejor, porque ahora seré yo quien lo dirija”.
“Es que yo tengo un propósito: Quiero ayudar a otras mujeres. Es un compromiso de gratitud a quienes me levantaron a mí.”, continua mientras observa a sus compañeras que se abrazan y felicitan las unas a las otras. “A cualquiera que haya pasado lo que yo pasé, que esté en dificultades, que crea que no vale nada, yo quiero ayudarle a salir de esa oscuridad. Y a quienes crean que no pueden hacerlo les digo que miren mis canas, que, si yo pude, podemos todas. Yo les ayudo. Les digo que me vean, porque ahora, ¡yo soy feliz!
El diploma de las formaciones impartidas cuenta con la certificación del INFOP, que provee respaldo y prestigio y una mejor oportunidad de acceso a beneficios para las participantes. © CARE, 2023
El grupo de mujeres emprendedoras muestra sus diplomas acompañados del equipo técnico de CARE, CASM y Ciudad Mujer. © CARE, 2023
*Entidad estatal de servicios articulados para el impulso de la autonomía y el empoderamiento de las mujeres Hondureñas. A través de sus centros de atención, 16 instituciones públicas cooperan entre sí para la atención, protección y formación de las mujeres.