Las intervenciones de la primera fase tienen como objetivo, satisfacer las necesidades a corto plazo a través de una respuesta inmediata reduciendo riesgos para evitar avanzar hacia una situación de hambruna o que las personas adopten estrategias de afrontamiento negativo, en este sentido, las acciones se desarrollan en tres áreas: Prácticas de Higiene, Género y Protección y Seguridad alimentaria y Nutricional, apoyando con entrega de raciones de alimentos, cupones de supermercado y/o transferencias de efectivo a las familias en la Zona Occidente del país.
Las acciones de la segunda fase; Recuperación o fortalecimiento de la resiliencia, se enfoca en generar las condiciones para que las poblaciones más vulnerables puedan reactivar sus medios de vida. Se trata de acciones tempranas para recuperar los sistemas productivos de las familias de agricultores de subsistencia y de grupos de productoras y productores de pequeña escala. Entre las principales acciones están la reactivación de la producción de alimentos, recuperación económica de microempresarias(os) con ingresos diarios y accesos a financiamiento.
La respuesta responde a un análisis de crisis multidimensional; sanitaria, económica, de seguridad alimentaria y la situación de violencia de género y violencia intrafamiliar que afecta de forma desproporcionada a mujeres y niñas en el marco del confinamiento y las mayores presiones que tienen las familias para subsistir.